¿Sabes perdonar? o…¿Quieres saber cómo perdonar?

Si te preguntas, ¿cómo saber perdonar? Hoy he recopilado algunos consejos para quitarse de encima el peso del rencor.

Es comprensible que ni bien nos traicionan queramos “lastimar o que le vaya mal” a quien nos hizo daño… Cuando nos hirieron, mediante el acto de perdonar conseguimos soltar la ira e incluso el odio o el rencor.

A la pregunta ¿qué es el rencor?

Lo primero que me surge se refiere a mi decisión deliberada de no querer perdonar a la otra persona.

El rencor alimenta el fuego de la venganza, te vas llenando de pensamientos como:

  • “Me tiene que pagar lo que me hizo”,
  • “No me conoce, ya verá de lo que soy capaz”

Y otros pensamientos similares que indican que el veneno aun está en nuestra sangre y en nuestro corazón.

Formas de Vengarse

Otras maneras de vengarse son:

  • obligándome a tener éxito, 
  • a demostrar que valgo, 
  • demostrar al otro lo desgraciada que me hizo,
  • negándome a vivir, a curarme.

¡Cuidado con no caer en esta autodestrucción!

Perdón – Reconciliación (visión desde la Biodescodificación)

La mayoría de los conflictos biológicos ocurren en relación con otras personas. Así muchos conflictos recurrentes se mantienen “vivos”en tanto que le guardamos rencor a alguien. En este caso el perdón es una receta posible.

A menudo no necesitamos siquiera perdonar, sino que nos basta ponernos en el lugar del otro e intentar comprender sus palabras y sus acciones (su historia individual).

Hay incluso un aspecto más profundo del perdón

Nuestro entorno o el prójimo sólo nos ponen un espejo frente a nosotros. Las vibraciones que despedimos (pensamientos, palabras, hechos) vuelven siempre al punto de origen (nosotros mismos). Es el efecto de la Ley de la Resonancia. Esta ley espiritual, creamos en ella o no, actúa con la precisión de un reloj.

La naturópata Marion Kohn ha escrito sobre esto basándose en casos prácticos, donde combina las cinco Leyes Naturales Biológicas con lo espiritual. Perdonar se vuelve posible en tanto que reconocemos que detrás de la Biología hay fuerzas mayores que actúan.

Sólo queda la gratitud y el asombro ante el gran Orden en el que están situadas nuestras vidas.

Perdonar implica tener carácter y madurez espiritual.

Perdonar no significa “ceder o someterse”. No es una contradicción apartarse de alguien y, no obstante, perdonarlo.

El perdón se asienta verdaderamente en el subconsciente si realizamos un pequeño ritual solemne (un apretón de manos, un abrazo, una carta).

En general, si el sentimiento no está presente en el perdón, sino tan sólo el entendimiento, no tiene efecto la solución del conflicto.

Disculpar, enmendar

Algunos conflictos permanecen activos porque hay algo que no nos podemos perdonar, casi siempre palabras o hechos precipitados que lastiman o perjudican a alguien.

Tener “mala conciencia” conlleva normalmente un conflicto del hombro. No obstante, puede también convertirse en el canal de cualquier otro conflicto.

Debe señalarse que no se trata aquí de tener razón o no, sino que se trata de la percepción personal de que algo se ha hecho mal.

Cuando uno se rinde ante la culpa y la acepta de manera plena, curiosamente los sentimientos de culpa desaparecen.

La frase “lo siento” hace milagros.

Rezar y meditar

Mediante la oración y la meditación intentamos unirnos a una fuerza mayor, a un Dios.

Alguien que ha establecido un nexo con el mundo espiritual no sufre ante cada “minucia” de conflicto.

Rezar puede ser también pedir. Pedir ayuda. Está bien pedir ayuda si nosotros no sabemos que hacer, o si nos parece que una situación de conflicto no tiene salida.

Las posibilidades de ayuda que nos ofrece el mundo espiritual son enormes.

Al tratar a los pacientes me he acostumbrado a pedir en silencio por la reparación de los que buscan ayuda. Esta súplica aporta una especie de humildad benéfica. Pienso que también cada paciente debería pedir por su reparación de manera sincera. Sin importar en qué fase de la enfermedad estemos, se nos ayuda.

Para saber perdonar

Es fundamental el conocimiento propio y la humildad (que es andar en verdad, según Santa Teresa de Jesús). Con estas dos virtudes de la mano, el perdón se nos hará más fácil y brotará del corazón.

Procurando, proponiéndonos, intentando, esforzándonos para que ese veneno ☢ de rencor, odio u resentimiento no continúen en mi vida, destruyéndome a mí, a mis seres queridos y lo que amo.

Pasos a considerar para el perdón

El primer paso es poner la mirada al servicio del Espíritu, de la verdad amante, que ayuda y hacer crecer en la paciencia.

Tomémonos un tiempo de silencio y oración para estar preparadas para hablar si una puerta se abre o comprender cuál es el comportamiento mejor para mí.

Cada vez que venga un pensamiento destructivo, sustituyámoslo por una palabra de vida✨.

Oración

Dios, Creador de lo que existe,
suaviza el barro de mi corazón,
para que el rencor y las frustraciones de la vida,
no sigan dañando todo lo valioso para mí.
En cambio, dame lucidez, lléname de paz, serenidad, confianza, fe y esperanza.
Espíritu de amor y perdón, bríndame nuevas oportunidades, guíame a dirigir mi vida, aceptando mis éxitos y fracasos, con las alegrías y tristezas.
Y que sienta la satisfacción de haber perdonado y sentirme perdonada.

Amén.

Veamos algunas ideas sobre el perdón:

  1. Es vivido atravesando por etapas, donde una de sus facetas del perdón es el desprendimiento profundo.
  2. No es forzosamente la interrupción del sufrimiento. Pero puede ser vivido luego con el corazón apaciguado.
  3. Solo es posible cuando hayamos tomado conciencia del daño sufrido y elegido poner en marcha el acto de perdón con determinación desde el corazón profundo, que guardará una huella de ese paso.
  4. El perdón no es otra cosa que un acto de fuerza y coraje💪🏻. Para perdonar se precisa ser valiente, sobre todo, cuando el dolor que nos han causado es profundo.
  5. Perdonar no es olvidar ni negar o minimizar lo sucedido. Tampoco sirve ”excusar” (hay actos que son inexcusables), resignándonos a los que nos ocurrió o dándonos por vencidas, pues de este modo nos volveremos susceptibles a sufrir nuevas injusticias.
  6. Ciertamente, el perdón trae dos “regalos de paz“, uno para quien perdona y otro para quien causó la herida.
  7. Perdón no significa renunciar al derecho de justicia ⚖como si nada hubiese sucedido. Tampoco implica una reconciliación. Perdonar a alguien no significa bajo ningún concepto que permitamos que nos siga maltratando o lastimando.
  8. El perdón depende de uno, mientras que la reconciliación necesita de las dos personas.

Soltar es La llave

El perdón es la llave que abre esas puertas para que pueda salir toda esa tristeza guardada, de manera que vuelva a circular nuevamente la paz y la armonía. Dejar partir al ofensor hace que esa persona ya no tenga poder sobre nuestra vida. Al liberarlo⛓, no solo soltamos a quien nos lastimó, sino, además, todos los sentimientos negativos que lo sucedido nos ha generado.

Esa acción de soltar es como una declaración en voz alta de liberación de quien nos causó una ofensa, y pronunciarla permite que nos inundemos de paz.

Perdonar no implica necesariamente reanudar la relación con la persona que nos hirió, sino simplemente soltarla de nuestra vida para que no continúe lastimándonos.

Beneficios de saber perdonar

Perdonar, nos hace bien a nosotras mismas, más si tomamos la decisión de no recordar.

El acto de perdonar disminuye la presión arterial, baja los niveles de ansiedad, nos hace menos agresivas, entre otros beneficios. Pero, sobre todas las cosas, nos permite recostar la cabeza sobre la almohada por la noche con total tranquilidad y disfrutar de una vida en paz, aun en medio de las crisis que nos toque traspasar.

El resentimiento siempre nos hiere a nosotras mismas, y nadie merece dañarse así.

Cuéntame si ¿quieres soltar el rencor por alguien o algo que pasó? ✍🏻

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Fuente: Björn Eybl

LAS CAUSAS ANÍMICAS DE LAS ENFERMEDADES

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