Veamos algunos de los relajantes naturales que mencionábamos en el anterior post para lograr un cambio de emociones.

La meditación

Hay que empezar por escoger un lugar tranquilo, adoptar una postura confortable, cerrar los ojos e ir relajando todos los músculos del cuerpo, de la cabeza a los pies. Después hay que mantenerse concentrado para no dormirse. Progresivamente, el cuerpo va serenándose. La meditación ofrece una información calmante al cerebro.

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Herbert Benson, médico fundador del instituto médico BodyMind, propone practicar este ejercicio durante 10 o 20 minutos, 2 veces al día, todos los días. El objetivo es favorecer la activación del sistema nervioso parasimpático y la aparición de procesos reparadores asociados (Benson et al., 1975).

De hecho, Benson no descubrió algo nuevo. Simplemente validó científicamente una práctica milenaria que todas las tradiciones espirituales de la historia de la humanidad conocen para asegurar la paz mental, emocional y física.

Los efectos benéficos de la meditación están, actualmente, bien documentados. La meditación ralentiza el envejecimiento celular y contrarresta el efecto del estrés en la actividad de la telomerasa y la longitud de los telómeros. Otros estudios demuestran que su práctica mejora el ánimo, induce emociones positivas, mejora la inmunidad y alivia el dolor (Kabat-Zinn et al., 1992; Morone et al., 2008).

En pacientes depresivos, la práctica de la meditación se ha revelado más eficaz que los antidepresivos propiamente dichos (Ernst et al., 1998). Una vez instalados, sus efectos se prolongan más tiempo y disminuye el número de reincidencias (Teasdale et al., 2000; Williams, Teasdale, Segal y Kabat-Zinn, 2007).

Un estudio reciente muestra, igualmente, que la meditación tiene la capacidad de reinterpretar positivamente los acontecimientos estresantes (Garland et al., 2009).

Dicho estudio une el hecho de que nuevos datos provenientes del entorno pueden iniciar un cambio que se empezó entendiendo como estresante y acaba viéndose como calmante.

El deporte

Ya habrás oído muchas veces que la actividad física practicada regularmente puede ralentizar el acortamiento del envejecimiento celular relacionado con el estrés. Gracias a las visualizaciones mentales, los investigadores han probado que la euforia del corredor se relaciona con la producción de endorfinas. Durante la carrera hay un flujo de endorfinas en ciertas regiones cerebrales relacionadas con el estado de ánimo y la gestión de las emociones (Boecker et al., 2008).

Gracias al deporte, puedes aprender a amarte y aceptarte tal como eres.

Los masajes

De origen ectodérmico, la piel es el órgano más grande del cuerpo: cerca de 640.000 receptores táctiles están conectados a la médula espinal y al cerebro por más de 500.000 nervios. 8 semanas después de la concepción, cuando el embrión no mide más de 2 centímetros, la piel está ya desarrollada. El primero de los sentidos desarrollados en el curso de la evolución; el tacto es el primer sentido del que se dota al feto.

En consecuencia, acariciar la piel provoca la activación nerviosa directa que, a nivel cerebral, provoca la relajación muscular parasimpática generalizada (Gellhorn, 1964).

En niños desamparados, los masajes comportan la relajación muscular y el cese del llanto (Lunch et al., 1974). Así, cada vez que se toca a alguien, actuamos directamente sobre su cerebro emocional. Aumentando la actividad parasimpática, el masaje provoca la disminución del estrés, la bajada del cortisol en sangre y la mejora de la inmunidad. Toda la fisiología del cuerpo se ve beneficiada y se puede lograr el cambio de emociones.

El registro de la actividad cerebral durante una sesión de masajes, en adolescentes depresivos, indica una acción selectiva a nivel de hemisferios cerebrales. La actividad del córtex derecho –en relación con las emociones negativas– disminuye, en provecho de la actividad del córtex izquierdo, de donde sale el ánimo positivo (Jones y Field,1999).

El masaje también tiene por efecto el aumento de las tasas de dopamina (hormona de la recompensa) y de serotonina (hormona de la serenidad).

Instintivamente, sabemos que el masaje calma el dolor. Sin embargo, los mecanismos que lo causan no están claros del todo. Se sabe que el aumento de la serotonina, producido por el masaje, inhibe la transmisión de señales dolorosas al cerebro. El masaje energético induce al cerebro a producir endorfinas que inhiben la percepción del dolor y procuran sensación de bienestar (Field et al., 1992).

Recientemente, investigadores canadienses han demostrado que diez minutos de masajes, tras un esfuerzo importante, permiten reducir la inflamación muscular. La manipulación de los músculos aumenta, igualmente, la capacidad de las células musculares para fabricar mitocondrias, auténticas «centralitas de energía» de la célula que favorecen la recuperación.

El efecto analgésico de los masajes implica los mismos mecanismos que los inducidos por medicamentos antinflamatorios no esteroideos, tradicionales (como el ibuprofeno), sin sus efectos secundarios. Una razón suplementaria para otorgar a los masajes el lugar que se merecen en la estrategia terapéutica (Crane et al., 2012).

La risa para lograr el cambio de emociones

Particularmente, es uno de mis métodos preferidos para lograr el cambio de emociones a positivas, luego de la oración contemplativa.

La risa es una descarga liberadora de tensión que asegura la serenidad física y mental.

Sus características físicas consisten en un fenómeno de expulsión repentina y repetitiva de aire. Tenemos la sensación de que, riendo, se vacía el pecho. Siendo niños, reímos más de cuatrocientas veces al día, por puro placer, sin razón aparente.

Una vez adultos, no reímos más de veinte veces al día. Es una lástima porque la risa engendra cambio a emociones positivas y tiene efectos muy beneficiosos para la salud.

En los años setenta, el periodista Norman Cousins (1915-1990) fue el primero en sugerir que el humor y la risa eran beneficiosos para la salud (Cousins, 1976).

Explica cómo se curó de una enfermedad reumática, la espondilo-artritis anquilosante, ingiriendo fuertes dosis de vitamina C y viendo películas cómicas. Seis meses más tarde recuperó el uso de sus miembros y pudo volver al trabajo a tiempo completo.

Las investigaciones efectuadas en este terreno arrojan luz sobre la red psicosomática y su potencial de curación. La risa ayuda a optimizar las hormonas del sistema endocrino. Disminuyendo las tasas de cortisol y adrenalina, contribuye a rebajar la respuesta al estrés. El hecho de ver películas cómicas tiene un efecto benéfico en ciertos componentes del sistema inmunitario (Berck, 1996).

Así, casi en el mundo entero, el humor se considera un remedio eficaz. Hay tropas de payasos en los hospitales infantiles. En la India, el doctor Kataria ha creado un método de iniciación al «yoga de la risa». Tras su lanzamiento en 1995, más de dos mil clubes de la risa se han creado en el mundo. Miles de personas van a aprender ejercicios desencadenando la risa y lograr un verdadero cambio de emociones.

La alimentación puede propiciar cambio de emociones y comportamiento

Por ejemplo las abejas, que algunos cambios epigenéticos se consiguen a través de la alimentación. Un tipo concreto de comida del que se benefician las reinas en su infancia, exclusivamente constituida por jalea real, les permite desarrollar sus atributos de reinas. La alimentación también puede ser un complemento útil en las aproximaciones que hemos abordado precedentemente.

Los omega 3 para tratar la depresión

Las poblaciones que consumen mucho pescado, alimentos ricos en omega 3, están menos sujetas a la depresión. Ello sugiere una relación entre los omega 3 y la patogénesis de la depresión. La membrana de las células nerviosas contiene fuertes concentraciones de ácidos grasos. Algunos de ellos no pueden ser sintetizados, de modo que su aporte a través de la alimentación cotidiana es esencial.

Por tanto, se lanzó la hipótesis de que los omega 3 juegan un papel antidepresivo. Tras numerosos estudios, la hipótesis se vio confirmada (Lin y Su, 2007).

Triptófanos para tratar los problemas de ánimo

La serotonina es un neurotransmisor que actúa como un puente entre dos células nerviosas. A semejanza de un mensajero, previene y ordena al cerebro, por ejemplo, retirar la mano de una olla demasiado caliente. Pero, sobre todo, participa en la regulación de múltiples funciones esenciales del organismo: el estado de ánimo (cambio de emociones), la saciedad, el umbral del dolor o el sueño. El triptófano es el precursor metabólico de la serotonina. Se trata de un aminoácido esencial.

El organismo no puede sintetizarlo solo, así que debemos absorberlo a través de la alimentación. Lo encontramos en los alimentos ricos en glúcidos, como el chocolate negro o los plátanos. Una vez absorbido, el triptófano se transforma en 5-hidroxitriptófano (5-HTP). Después, una vez dentro del organismo, el 5-HTP se transforma en serotonina.

La serotonina suele secretarse al final de la tarde, razón por la que los nutricionistas recomiendan ingerir triptófanos en ese momento de la jornada.

Desde hace algunos años, un extracto de semillas de un arbolito africano llamado griffonia está siendo comercializado por su riqueza en 5-HTP. Estos extractos permiten una clara mejora en la sintomatología depresiva. Los efectos ansiolíticos de dichas semillas han sido demostrados (Carnevale et al., 2011).

El déficit de serotonina es uno de los factores más importantes de la depresión.

Otros factores pueden estar implicados y se deben evaluar cuidadosamente. Antes de tomar complementos alimenticios, conviene hacerse una revisión médica.

Si quieres mejorar tu descanso nocturno y lograr un cambio de emociones puedes escuchar mi audiolibro:

Fuente: Colección Salud y Vida natural. EL IMPACTO DE LAS EMOCIONES EN EL ADN. Nathalie Zammatteo. 1.ª edición en digital: octubre de 2015.

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